viernes, 19 de julio de 2013

Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones. Michel Foucault.


A menudo los movimientos críticos con el sistema político-económico-social que sufrimos en occidente y exportamos al mundo -el capitalismo, la sociedad de consumo y sus diferentes disfraces- se centran en una visión orwelliana del orden social, donde el ciudadano es utilizado por el poder central como una herramienta de producción, no como un individuo. Y aunque en esencia así es, el capitalismo ha afinado sus manipulaciones para vender el control como libertad, el poder político ya no responde a un proyecto ideológico -sea del signo que sea- sino al control de la economía y la cultura queda relegada al entretenimiento masivo.

Quiero decir que la cosa se ha complicado bastante y la oposición critica a este sistema debería también afinarse y adaptarse a los modos de estas nuevas cabezas de la hidra. Por eso me sorprende que la mayoría de manifestaciones opositoras se enfrenten desde postulados ideológicamente simplistas y anticuados o desde la falsamente compleja crítica chomskiana (de Chomsky).

No comprendo por qué se olvidan las teorías y los puntos de vista de algunos pensadores de la corriente críticaemancipatoria. Me refiero a Marcuse, a Walter Benjamin o a los más modernos Baudrillard o Foucault.

Dicho esto, el mundo necesita a muchos Foucaults que vean la historia en perspectiva, que pongan en tela de juicio cada argumento y analicen los problemas de cada institución. Me gusta como el mismo definió su trabajo: "Estudio la historia de como las cosas se convierten en problemas". Lo que pasa que en la práctica nadie lo tiene en cuenta.



En este sentido quisiera transcribir un texto de Deleuze aclarado los postulados en los que se basa la teoría sobre el poder de Foucault. Es tremendamente interesante y actual.


1. Postulado de la propiedad (según el cual el poder el algo que posee la clase dominante). 

El poder no se posee, se ejerce, dice Foucault. No es una propiedad, es una estrategia: algo que está en juego. Sus efectos no son atribuibles a una apropiación, sino a dispositivos de funcionamiento. Dispositivos que no son unívocos, sino coyunturales (el poder no tiene finalidad ni sentido); dispositivos que siempre pueden ser invertidos, en un momento dado. "Este nuevo funcionamiento no niega ciertamente la existencia de clases y de sus luchas, pero dibuja otro cuadro, con otros paisajes, otros personajes, otros procedimientos que aquellos a los que la historia tradicional, incluso marxista, nos había acostumbrado.


2. postulado de la localización (según el cual el poder debe entenderse como poder del estado)

Este espejismo del estado vehícula, por lo menos, dos grandes errores políticos: 

a) plantear la toma del estado como toma de poder; 

B) plantear un contra-estado (el partido, el sindicato) como forma óptima de ejercicio del poder.

3. Postulado de la subordinación (según el cual el poder encarnado en el aparato de estado estaría subordinado a un modo de producción que sería su infraestructura)

Aquí, su réplica al mecanismo comunista se hará enteramente nítida: evidentemente que es posible hallar correspondencias más o menos estrictas entre un modo de producción que plantea unas necesidades y una serie de mecanismos que se ofrecen como solución. Pero hay que evitar el concepto estrecho de determinación, mostrando lo que hay de invento en el modo como se solucionan los problemas infraestructurales. El poder no es una mera sobreestructura. La economía supone unos mecanismos de poder inmiscuidos en ella. Hay que abandonar el modelo del espacio piramidal trascendente por el que de un espacio inmanente hecho de segmentos. "El poder tiene como caracteres la inmanencia de su campo, sin unificación trascendente; la continuidad de su línea, sin una centralización global; la contigüidad de sus segmentos sin totalización distinta:espacio serial".


4. Postulado del Modo de Acción (según el cual el poder actúa por medio de mecanismos de represión e ideología). 

Estás nos son sino estrategias extremas del poder, que en ningún modo se contenta con impedir y excluir, o hacer creer y ocultar. El poder produce lo real. En nuestras sociedades esta producción de lo real va a recibir un nombre: normalización, la forma moderna de la servidumbre. Normalización  es, por supuesto, imperio de lo normal, de la medida estadística, de la somnolencia a lo acostumbrado, pero también quiere nombrarse así la preeminencia de la norma en este ámbito, su proliferación cancerígena que recubre y despuebla todos los espacios abiertos de la ley. 

Foucault estable las siguientes diferencias entre el ámbito de la ley y de la norma: 

a) La ley es binaria (legal-ilegal); la norma está constituida por un sistema de gradaciones. 

B) la ley sólo interviene en caso de infracción; la norma interviene a lo largo de toda la vida. 

C) La ley interviene sólo cuando una institución se hace cargo de ella; la norma se da en un encabalgamiento de instituciones. 

D) La ley actúa al descubierto; la norma actúa en la sombra y por medio de los "normalizadores competentes".


5. Postulado de la legalidad (según el cual el poder del estado se expresa por medio de la ley).

Debe ponerse en juego otra comprensión de la ley: entender la ley no como lo que demarca limpiamente dos dominios -legalidad-ilegalidad-, sino como un procedimiento para gestionar ilegalismos. Ilegalismos que se permiten o se inventan como privilegios de clase. "Únicamente una ficción -dice Foucault- puede hacer creer que las leyes están para ser respetadas, que la policía y los tribunales están destinados a hacer que se las respete. Únicamente una ficción teórica puede hacernos creer que nos hemos suscrito de una vez por todas a las leyes de la sociedad a la que pertenecemos. Todo el mundo sabe también que las leyes están hechas por unos, y que se imponen a los demás. El ilegalismo no es un accidente, una imperfección más o menos inevitable. Es un elemento absolutamente positivo del funcionamiento social, cuyo papel está previsto en la estrategia general de la sociedad. Todo dispositivo legislativo ha articulado unos espacios protegidos y provechosos en los que la ley puede ser violada, con otros en los que puede ser ignorada, con otros finamente en  los que las infracciones son sancionadas. En el límite me atrevería a decir que la ley no está hecha para impedir tal o cual tipo de comportamiento, sino para diferenciar las maneras de vulnerar a la misma ley". 


Perfecto y extremadamente actual Foucault.











.....................

Aquí un poco de publicidad si me permitís.

isolagnosis.blogspot.com.es

www.facebook.com/isolagnosis












No hay comentarios:

Publicar un comentario