martes, 17 de junio de 2014

La extravagante cruzada de un castrado enamorado. Fernando Arrabal


Se podría analizar este libro como quien estudia a los poetas del siglo XI que desarrollaron los tópicos del Amor Cortés: un idealismo amoroso que se vuelve en contra del sujeto enamorado y limita la libertad de la persona amada, un amor  que lo imposibilita.

Más o menos, todo en esta historia de amor sublimado encaja con los parámetros amorosos de los poetas provenzales:
  • El origen cortesano de la Dama, que la obligaba a residir en un lugar físico determinado, corte señorial, castrum o burgo, y que la convierte en parte de la élite urbana, es para Arrabal  un manicomio de incurables, del que nadie puede salir. 
  • La total sumisión del enamorado a la dama (por una transposición del amor de las relaciones sociales del feudalismo, el enamorado rinde vasallaje a su señora), es una de las características del narrador del relato: que se recrea en ese extraño y perturbador "sufrimiento gozoso" a pesar de el rechazo continuo de su amada...
  • También aquí, para el narrador, la amada es siempre distante, admirable y un compendio de perfecciones físicas y morales. Si bien... 
  • El tópico del estado amoroso, por transposición a la imaginería religiosa, es una especie de estado de gracia que ennoblece a quien lo practica, se reproduce exactamente igual en la novela.
  • Para los desarrolladores del Amor Cortés el enamorado puede llegar a la comunicación, con su inaccesible señora, después de una progresión de estados: suspirante (fenhedor, en occitano), suplicante (precador), oyente (entendedor) y amante (drut), pero el castrado narrador de esta novela (castrado en su valor simbólico) solamente llega en la práctica al grado Fenhedorengañándose a sí mismo al entendedor y al drut, a través de una duplicación de su personalidad manifestada en otro de los protagonistas. Un lío.  
  • El Amor Cortés se trata, frecuentemente, de un amor adúltero. Por lo tanto, el poeta oculta el objeto de su amor sustituyendo el nombre de la amada por una palabra clave (senhal) o seudónimo poético. Aquí igual, en cierto sentido, al tratarse del amor de un médico psiquiatra por una de sus pacientes. En fin.
Pero en realidad, hay algo importante que aleja esta novela de los poetas corteses: la ironía (bueno hay muchas cosas más que la diferencian).  Pero una rara ironía que en Arrabal roza lo real, lo verdadero, lo no irónico, como una manifestación forzada de un sentimiento profundo que la mayoría oculta y que al escritor no le importa incluso ridiculizarlo. 


Esta novelilla de Arrabal es como un mal sueño, aunque tenga gracia, y ya dijo Freud que todos los personajes de un sueño son manifestaciones en del inconsciente. Aquí está bastante claro, eso sí, no sé si Arrabal lo decidió conscientemente o se dejó arrastrar por una serie de imágenes extravagantes y le salio esta historia. 

Es verdad que en España lo posmoderno y rupturista queda siempre como un grito brusco y forzado y esta novelilla es también un ejemplo, que aunque tenga cierta profundidad, no deja de ser a ratos algo gracioso y a ratos algo aburrido. Eso sí, lo mejor son los epítetos románticos con los que el narrador apela a su amada: unos ejemplos: 

Cecilia, mi firmamento de cabellos de oro
            mi firmamento de encajes estremecidos
            mi mariposa de menta y mirra
            mi paraíso nacarino
            mi torrente de perlas
            mi mar de madréporas
            mi perfume exasperado
            mi retazo estremecedor del paraíso
            mi pajarito de las islas
            mi éxtasis sin fin
            mi nostalgia estremecedora,
            mi purísima azucena
            mi horizonte profético
            mi cítara celeste
            mi espejismo vertiginoso (quizás el mejor, ¿no?)
            mi mar inmóvil
            mi incurable predilecta
            mi sustancia amorosa
            mi novia predestinada
            mi camino de jazmín
            mi cielo de invierno
            mi aureola de diademas
            mi licor de juventud
            mi gaviota hospitalaria
            mi campanita de eternidad
            mi media noche infinita
            mi reina de noviembre
            mi guirnalda de nostalgias
            mi dote acicalada
            mi porvenir de bolillo
            mi cáliz de serenidad
            mi ferviente primavera
            mi inviolable misterio
            

Y bueno, esto es solamente un resumen. Es infinito.  











            
                           















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