La literatura de Burroughs es la más peligrosa de la todos los beatniks. La que más cuestiona el modo de vida occidental establecido sin necesidad de reflexionar sobre él. Simplemente exponiendo -sin ningún tipo de censura- su modo de vida, su profunda inadaptación y sus pensamientos más descabellados. Con una biografía a sus espaldas que escandalizaría al más contracultural, es ese gran escándalo -en el sentido más desesperante del término- su importante aportación al pensamiento del siglo XX y XXI.
Queer es un sinónimo de freak, de raro, de diferente, de monstruo. Hoy la palabra define una teoría crítica sobre la construcción de los géneros y la sexualidad que bien se adapta a la vida del escritor, aventurero y adicto a la heroína -y a otras drogas- durante casi toda su larga vida.
A través de un descabellado viaje a Panamá en busca de la ayauasca, droga absoluta capaz de otorgar el control total sobre las mentes, la novela no es más que una reflexión sobre la posesión en el amor y su frustración inevitable. Una triste historia de romanticismo imposible entre Lee, un alter-ego del autor, y su joven y ambiguo amante, frío, distante e indiferente, que se muestra totalmente inaccesible y cerrado a la comunión espiritual con Lee, con William.
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Isolagnosis. Ediciones en Huida (2013)
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