domingo, 24 de noviembre de 2013

La Evolución Creadora. Henri Bergson.



Algunos libros no se leen, sino que nos leen ellos a nosotros. 

Suelen ser libros poderosos que al cerrar la última página apenas puedes recordar una sola linea de lo que has leído, solo tienes miles de imágenes en tu cabeza. Pero no importa, porque lo que has imaginado y descubierto de ti mismo al leerlo, ha sido más importante de lo que de verdad estaba escrito en sus páginas. En serio. Da vértigo recordarlo.

La Evolución Creadora es uno de esos libros mágicos que cada vez que lo lees es diferente y cada vez más intenso y complejo. Subestimado por el mismísimo Bertrand Russell y por el cientificismo en general, es quizás Bergson el pensador que más ha influencia ha tenido en el arte del siglo XX, y tiene sentido que sea la ciencia y las filosofías materialistas quiénes lo critiquen y los artistas quienes lo comprendan, o mejor quienes lo "utilicen".

Henry Miller en Capricornio cuenta su obsesión por este libro y como pasaba horas explicándole párrafos a sus trabajadores de la Cosmodemonic Telegraph Company. Pero también es imprescindible para entender, por ejemplo, a Machado, y bueno, es un hecho conocido que En busca del tiempo perdido de Proust (primo de Bergson) es una "puesta en práctica" de su filosofía.



(Cuenta la historia un sugerente encuentro en París entre un maduro Machado y un joven T. S.  Eliot en unos cursos de filosofía impartidos por Bergson al que asistieron los dos poetas. Y por cierto, que aunque Eliot después le denostara como parte de "la tontería francesa" es quizás uno de los poetas que mas se acerquen a su filosofía. 


O algo así decía, lo escribo de memoria.) 

Bueno me salgo del tema. Hablaba del poder de algunos libros mágicos. Cuando Edgar Allan Poe terminó su hermosa iluminación Eureka, dejó escrito: para los que sienten más que para los que piensan. Y eso mismo es aplicable a La Evolución Creadora. Es muy fácil desmontar a Bergson (por cierto, premio novel de literatura a pesar de ser un filosofo y no haber escrito literatura) y es cierto que tras una lectura literal, con el método científico de Newton en la mano, puede Bergson darte una imagen torpe, como alguien que propone un simple juego poético o filosófico, más o menos sugerente, pero que no hay que tomar en serio...

Pero. 

Pero La Evolución Creadora es un libro mágico que es imposible leer porque te lee él a ti, y eso es lo mejor que puede hacer un libro por la humanidad. Así que no importan las conclusiones que saques sobre el libro, sino lo que descubras de ti mismo o lo lejos que llegue tu imaginación.

Empieza una frase al azar y parece que Bergson se lanza por encima de nuestro tiempo y nuestra cosmovisión, pero al leer la última palabra, la sensación de vértigo decae y nos sentimos un poco decepcionados. No pasa nada, lo importante no es lo que diga, sino a dónde hemos llegado gracias a lo que nos ha sugerido el poeta, digo el filósofo, Bergson. Debe ser duro tener algo nuevo que decir al mundo y solamente poder hacerlo con conceptos y frases y herramientas de nuestro tiempo... 

Debemos a La Evolución Creadora y a su autor el destronamiento oficial de la razón de su puesto dominante en virtud de la irracionalidad informe. El principio del fin de la edad moderna.  


Voy a poner un párrafo al azar del libro:

El universo dura, llamando a la duración invención, creación de formas, brote incesante de novedades absolutas. Los sistemas aislados duran también si se les reintegra al Todo como duran los objetos limitados por nuestra percepción. Es ésta la que, en la maraña de lo real, traza los contornos, aristas, superficies de las cosas como líneas punteadas de nuestra posible acción sobre los objetos. Pero si se suprime esta acción, la individualidad de cada cosa se reabsorbe y sume en la interacción universal que es, sin duda, la realidad misma...














No hay comentarios:

Publicar un comentario