lunes, 30 de enero de 2012

Poder freak. Una crónica de la contracultura. Jaime Gonzalo


Con el fallido título de Poder freak, Jaime Gonzálo, fundador de la revista Ruta 66 entre otras cosas, plantea una genial revisión desmitificadora de la contracultura analizando su origen y sus motivos enmarcados en las sociedades que la acogieron. En ocasiones, su aproximación recuerda a la paradoja capitalista marcusiana: el sistema adopta y hace suyo todos los brotes antisistemas surgidos bajo sus faldas. De este modo, las manifestaciones contraculturales, ya nazcan por rechazo a la sociedad o por simple inadaptación, ya sean amables o intolerables, aparecen con el cordón umbilical muy sujeto al sistema que las encumbra y condenadas a convertirse, si tienen "éxito" en productos de consumo.

                                                 

En este primer volumen se dan cita, entre otros desubicados célebres, la generación Beat de Kerouac, Ginsberg y Borroughs; los hipster y el Be-bop, los Ángeles del infierno, los mods y los rockers; los situacionistas con Guy Deborg a la cabeza; los grisers americanos o la discoteca Stonewall como centro neurálgico de la toma de conciencia del colectivo homosexual estadounidense.

Y si esto no es suficiente para animaros a leerlo, os dejo alguno de los títulos de sus capítulos:

¡Que se joda el mundo!

La verdad en un solo de Charlie Parker

Electrones contra el sistema

La internacional gamberra o

El amor no es la droga, todavía...


Y un pequeño fragmento de un fragmento del manifiesto del colectivo post-situacionista británico King Mob:

En medio de la desesperada pasividad sobre un almohadilla de buen rollo, el infierno se arrastra. La pesadilla de la consumición consume al consumidor. Fumas hachís pero el hachís te fuma a ti. El disco en el equipo de música se asegura de que nadie cante o baile... y repentinamente el mundo entero de la incomunicación y la sensación de estar perdido en medio de ningún lado y de cara a los focos; el underground es sólo otro tipo de bienes de consumo, de esos artículos de consumo aduladores que siguen las mismas reglas en todas partes. Pasividad y más pasividad, aislamiento. ¿Qué es lo que está pasando? Dulcemente te joden, eso es lo que está sucediendo. Las más novedosas mercancías y las últimas actitudes se están exhibiendo, enviándose y comprándose. Todo es espectáculo. Un espectáculo que funciona solamente porque cada uno finge estar disfrutando de éste y porque cada uno piensa que es solamente él quien no encaja en la totalidad. La conformidad es un reinado del terror. The BeatlesZappa, The Crazy World of Arthur Brown son mierda. Un montón de mierda. Productos como éstos delimitan las futuras fronteras de toda la sociedad de consumo.



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